La luciérnaga del cabo seguía brillando entre las sombras de la costa coruñesa. Carnota, ocupada por turistas de todos los rincones de España y Europa, se dormía con tranquilidad mientras la tragedia se cernía sobre la vida de un hombre, de una historia. Cuando llegó a mis oídos que el lugarteniente de la Guardia Civil, Francisco Suárez, había sido hallado muerto en el faro de Fisterra, no pude salir de mi asombro, ya que no me enteré por medio de la prensa o por algún conocido, sino por mediación de los que llevaban el caso. No se identificaron, tan solo me dijeron que necesitaban hacerme algunas preguntas con relación a las horas previas al asesinato de mi padre, lugarteniente de la Guardia Civil de Corcubión. Estas son solo algunas de las anotaciones del diario y ciertas cartas que pocos días después de su fallecimiento me permitieron esclarecer las circunstancias de su muerte, y también la identidad de su asesino.
10:00 Sábado
Escribo estas líneas varias horas después de que me diesen la noticia...mi padre, Francisco Suárez, ha muerto. Y no de una forma especialmente común. No quisieron darme demasiada información, esos hombres uniformados, pero a medida que me iban describiendo cómo había sido encontrado el cadáver de mi progenitor, supe que no podría dormir tranquilo en mucho tiempo. No fueron pocas las preguntas que me hicieron yo fui el último en ver con vida a papá, fui el último al que le pudo revelar información importante sobre lo que ocurrió aquella noche.
Que si se sentía perseguido, amenazado? Pues claro, peleaba contra los malos, y en más de una ocación había tenido que reducir a los cocainómanos y demás calaña de las noches de Fisterra, pero eso no significaba que alguno de esos maleantes de poca monta tuviesen el valor o los medios para acabar con un agente experimentado y que en ningún momento se propasara con ninguno de sus detenidos.
Pocas cosas encajaban en un principio, pero lo peor fue la explicación que ese moreno de piel de ojos oscuros me dio...
Lo encontraron en el faro, puta luciérnaga, el lugar que más llama la atención en decenas de km de costa, el lugar más condenadamente apartado, no sé lo que hacía allí, pero sí sé que no puede ser casualidad que apareciese colgado a cinco metros de altura, en un lugar inaccesible sin accesorios de escalada o una buena escalera. Según la policía, la teoría de la escalera no era posible. La noche del deceso, así fue como lo dijeron, una tormenta salvaje se apoderara de la zona.
Me cuesta recordarlo, algunas partes de la noche de ayer están borrosas, pero no recuerdo haber escuchado nada que hiciese pensar en una tormenta, tengo el sueño ligero, y es muy extraño que no me despertara. Cuando los dos agentes se fueron, me paré a pensar, y en realidad son muchas cosas de la noche de ayer las que me resultan confusas. Recuerdo haber ido al bar La Góndola con mi padre, está en O Ézaro.
Cada vez que nos reuníamos lo hacíamos allí...pienso en las muchas cosas de mi vida que me hubiese gustado que viera, tal vez incluso me habría gustado hacer que se sintiese orgulloso, dejar mis aspiraciones de convertirme en novelista y comenzar a hacer algo que no sea aprovecharme de mi pobre novia para sobrevivir. Un momento...eso me recuerda algo, creo que estuve con ella ayer por la noche...no recuerdo muy bien salir de La Góndola, pero apenas habíamos bebido, y me fui a Cee, a mi casa...no, a casa de Andrea, pero ella...no estaba, no, y tuve que conducir, aunque no recuerdo el camino a casa. Joder, si apenas bebí dos copas de Jameson, eso no tiene ningún sentido.
Tengo que ir a hablar con ella, tal vez se acuerde de verme, o tal vez pueda acercarme a La Góndola y ver lo que tienen que decirme sobre la noche de ayer. Por suerte no estoy entre los sospechosos de la Policía...aunque vi la tensión en sus rostros cuando reaccione tan tranquilamente al suceso...no me vieron afectado, tal vez aún no haya asimilado del todo lo que acaba de ocurrir. De lo que estoy seguro es de que, si algo de lo que ocurrió ayer por la noche puede ayudar a esclarecer lo que ocurrió, lo descubriré.
14:00 Sábado
En La Góndola apenas se acordaban de vernos la noche anterior, parece que nuestra estancia fue breve, pero que para el poco tiempo que pasamos allí, yo salí campaneando de una forma bastante exagerada, tal vez esté perdiendo fuerzas, aunque hay algo que me inquieta, esa camarera joven, esa tal Aurora, miraba a los lados con nerviosismo, como si supiese algo que no quería contar. Joder, me gustaría recordarla de ayer por la noche, pero me resulta imposible. Sé que el bar cierra a las 2 de la mañana los sábados, así que lo mejor que puedo hacer es, sin lugar a dudas, hacer tiempo hablando con Andrea, es mi novia, aunque no sea por averiguar algo, debería avisarla de...lo que ocurre.
18:00 Sábado
No está por ninguna parte. Ha desaparecido del mapa, pero por alguna extraña razón estoy convencido de que ayer estaba allí, estaba en mi noche...o tal vez fuesen solo delirios de borracho. Nunca con dos copas había perdido tanto la noción de las cosas, aunque también podría ser alguna especie de shock, en el fondo este diario me parece una depravación, estoy tomando notas cuando debería estar llorando la muerte de mi padre. Lo cierto es que me estoy poniendo bastante melancólico, recuerdo cuando éramos una familia, antes de que el cáncer decidiese que mi madre no era digna de vivir, cuando conocí a Andrea, y ya hace casi ocho años, el mayor problema que se planteaba en el horizonte era la posibilidad de que no les gustase a ellos.
Pero ahora estoy solo, ni siquiera mi chica, la que lleva ya tanto tiempo a mi lado, aparece en el día en que más la necesito, y no tengo fuerzas de lamar a nadie más, no se me ocurre, todo, todo va a ser extraño, ya sentí en el camino por Cee, cuando pasé por La Góndola, que todos me miraban de una forma algo extraña, no se si estoy paranoico o si ya conocen la noticia y lo que ocurre es que sienten lástima, el pobre chaval, casi treinta años, sin trabajo y sin familia, solo con la novia de la Universidad. Incluso a mí me parece una historia patética.
Cuando me dirigía a mi casa pasé por el bar, y me percaté de que el mismo coche que utilizaba la policía estaba allí, probablemente estarían llevando a cabo una investigación, y la reconstrucción de la noche anterior les llevará a percatarse de que soy...por lo menos, sospechoso. Tengo que darme prisa, o las cosas se pueden complicar. El primer paso es recordar, y para eso necesito que me ayuden a reconstruir todo lo que ocurrió. Para eso necesito que Aurora me ayude, que no fuesen falsas las señales que la convertían en una posible fuente. Menos mal que estudié Publicidad y Relaciones Públicas, tengo que saber caer bien a la gente, por necesidad. Me daré una ducha y echaré una cabezada, espero que las piezas encajen mejor a la salida de ese maldito pub, que pasó en La Góndola para que no me acuerde de casi nada después?
si Melpómene ayuda
Continuará...
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